Tú, en tu mente
de frágil cristal,
en tus sueños rotos
por despertar antes;
cierras los ojos,
pero no estás dormida.
Eres aire
en la habitación callada.
Quieres dormir
y te invaden momentos
que no son necesarios
que pasen en tu mente;
tú los quieres echar,
pero siguen ahí,
solo tú sabes
lo que sientes, mi vida.
Yo solo sé
que te encuentras perdida
y por mucho que yo quiera
enseñarte el camino,
hasta que no lo encuentres,
no tendrás salida.