Tantas veces me he equivocado,
tantas veces he empezado de nuevo,
pocas veces he viajado
más allá del perfume de tu pelo.
Cuántas veces llené mis manos de sueños
y sentir que era dueño de nada,
que mi vida pasa como una bala;
prefiero decir cuatro verdades
a decir cuatro mentiras malas.
Desde niño se construyen los pilares
que de mayor llevan el peso a tus espaldas.
En el camino aprendí
a hacer juegos malabares
para sacar la sonrisa a las hadas,
a volar sin tener alas,
sin olvidar de dónde vengo.
Doy gracias por lo que soy hoy,
no sé lo que seré mañana.